¡no fumes!

jueves, julio 20, 2006

reflexiones inservibles

Quien dice que la vida y sus pequeños momentos hay que enfrentarlos con valentía, nunca ha tenido que acostarse en la silla de un dentista, con la boca abierta por horas, toda anestesiada, viendo como el verdugo de blanco viene y va a su antojo, entra y saca de su boca utensilios que parecen peligrosos, y de repente le dice a su asistente “corre, tráeme el anticoagulante”

Quien dice que a las personas que te ofrecen un servicio hay que tenerles respeto y paciencia nunca ha vivido el momento en que una mesera le pregunta qué tomará, y cuando le responde “coca cola” ella le mira de arriba a abajo y dice “¿de dieta?”

Quien dice que una educación bilingüe en un colegio caro es la mejor para un adolescente moderno, nunca ha escuchado una conversación entre casi veinteros sobre la decoración, el bizcocho y los regalos que tendrán en el cumpleaños de sus chihuahuas, de nombres peaches y poo.

martes, julio 18, 2006

yzarc

Hoy hice un nuevo amigo, gracias a LimeWire.
Se llama Gnarls Barkley, y me entiende mejor que nadie.
Aquí van las letras de una canción que escribió.

"crazy"

I remember when I lost my mind
there was something so pleasant about that phase
even your emotions had an echo
in so much space

And when you're out there without care
I was out of touch
but it wasn't because I didn't know enough
I just knew too much

Does that make me crazy?
Probably

And I hope that you are having the time of your life
but think twice, that's my only advice
Come on now
who do you think you are?
bless your soul
You really think you're in control

Well, I think you're crazy
just like me

My heroes had the heart to lose their lives out on a limb
and all I remember is thinking, I want to be like them
ever since I was little, it looked like fun
and it's no coincidence I've come
and I can die when I'm done

Maybe I'm crazy
maybe you're crazy
maybe we're crazy.
Probably

lunes, julio 03, 2006

Monte Sinaí

La mano, muerta antes que él, tenía un olor particular, un olor que anunciaba que algo no estaba bien, que la sangre no era sana, que su alma y su cuerpo no se encontraban en ningún lugar, que él era impecable sólo por dentro. Su mano olía a dolor, a novedad, a galletas recién horneadas, a sepulcro precoz, a lágrimas, a remedio casero, a hígado fresco, a leche con bija, a harina del negrito, a susurros, a juguete de plástico, a hueso roto. Ese olor profundo, que solo siete personas sabrían distinguir, vivió con nosotros hasta que llegó la hora. Hoy en la mañana el olor volvió, pero no hay de qué preocuparse, pasará lo de siempre, me acompañará por algunos días, y de nuevo desaparecerá.