¡no fumes!

lunes, febrero 13, 2006

Al final del día

El que me hacía los mejores regalos, porque sabía que nunca obtendría nada de ellos, me regaló una compilación de U2, porque era su favorito, -escúchalo cuando sientas dolor-, me dijo cuando me la entregó. La verdad es que la escucho cuando tengo ganas de hablar con él. La escucho para tomar camino. Cualquier camino. “Far away so close” camino a casa después de un día triste en el que le abrí la jaula a mi pichón que se sentía atrapado. “Please” por el camino de cuentas de mi nuevo collar que enlazo sentada en el borde de mi ventana verde mientras pienso en que es inminente que me despida de mi libertad, mi orgullo y mi ventana verde. “Never let me go” cuando tengo las manos llenas de un amor que no siento mío y no se qué hacer con él, y empieza a rebozarse. “One” cuando veo a Nina y me acuerdo de cierta promesa de protección en caso de huracán que nos hicieron a las dos. Hoy ya lo he escuchado cuatro veces y apenas son las seis de la tarde.

haiku 3

no quiero fotos
ellas nunca acarician
ni hablan de amor

viernes, febrero 10, 2006

haiku 2

no te preocupes
quemé los negativos
no lo sabrá

jueves, febrero 09, 2006

haiku

quisiera verte
pero rompí tus fotos
una por una

lunes, febrero 06, 2006

agujero negro

No hay espacio para sonrisas insinuantes, ni besos apasionados, ni caminatas por la playa hablando sobre la mejor película de Kubrick. Ni para discutir el significado de la palabra placebo, ni para describir la ropa interior que me acabo de comprar para jugar strip poker. No hay espacio para colores favoritos, ni canciones decadentes. El espacio lo ocupa ahora una gran nada, que revive o ahoga los recuerdos dependiendo del momento. En el agujero que anida a esa gran nada, tiré las pasiones que vivían encendidas dentro de mí, mis alegrías, mis ojos brillantes y mi espacio de paz, para que no produzcan daño ni placer. Pero también en ese agujero tiré mis tristezas y mis decepciones, mis malos pensamientos, mis domingos en la tarde. Ahora solo tengo lunes en la mañana y un pedazo de mí, para construir un espacio nuevo y libre de dolor propio y ajeno. Pero todo el mar y todo el cielo y todo el asfalto que recorro sola, no dejan espacio para el amor.